lunes, 10 de diciembre de 2007

El barro no nos detiene

La vida de un docente CEPT está llena de sorpresas. Pero hay algo con lo que se convive y no deja dudas: los días de lluvia y su consecuencia lógica, el barro.
El CEPT está ubicado en un camino rural de 3.600 metros de calle de tierra. Esa tierra en los días de lluvia se convierte en un desafío a superar por cada docente que debe ingresa a la escuela, y no es poca cosa.


Hoy lunes la lluvia empezó a caer cerca de las 4 y media de la mañana y a la hora de ingreso al CEPT (7.45) caía un aguacero. El camino estaba por demás de difícil: el barro sobresalía por todos lados y encima no se había formado huella todavía como para ser utilizada por los vehículos. La primera en encarar fue Marisa con su jeep y detrás de ella Mónica hizo camino con la Citroneta. El viaje fue sinuoso y dificultoso por demás para estos vehículos y pilotos expertos, pero la llegada a la escuela se concretó.

Más atrás ya llegó Julián con el Mehary (un verdadero tractorcito también) y después lo hizo Silvia. El que dio la nota (como casi siempre) fue el profesor Sergio, quien se encajó nuevamente (lleva una estadística en alza durante el año) con su Renault 12.











Luego la mañana transcurrió sin sobresaltos y fue muy alentador cuando pudimos avistar los primeros rayos de sol subyugando a ese temible enemigo del docente rural: el barro.
Cancha de Futbol

3 comentarios:

Marisa dijo...

que bueno te quedó el calendario. La imágen está en sintonia con el espíritud del CEPT

Anónimo dijo...

La verdad la verdad es que los entendemos con el barro. Nosotros, en el CEPT N► 9 tenemos 25 km de barro, alteos y cunetas profundas. Pero es asi nomas, ¡ como callo quedo!.

Anónimo dijo...

Yo se lo que se siente, xq casi siempre cuando me toca mi semana de permanencia siempre llueve... sera aproposito??